Tal vez uno de los momentos más difíciles y confusos que los pacientes de psoriasis tienen que vivir es el momento en que se enteran de su diagnóstico. Muchos de ellos pueden ni siquiera haber escuchado antes esa palabra: “psoriasis”. Así que cuando el médico les dice de qué se trata, por qué tienen esa condición y qué tratamiento deben seguir, la verdad es que muchos ni siquiera lo entienden porque es un gran choque, tanto mental como emocional, es algo que uno no espera, y hace que las personas nos sintamos confundidas porque no sabemos por qué esto nos pasa a nosotros, lo cual hace muy difícil procesar toda la información. Muchas veces he escuchado a pacientes diagnosticados con diferentes enfermedades decir que esto es un “castigo”, lo cual les genera mucha tristeza, llegando a la depresión y ansiedad, tienen un sentimiento de culpa que hace que no puedan afrontar con éxito la enfermedad y los tratamientos. Personalmente, siempre he creído que los obstáculos (ya sean grandes o pequeños), más que castigos, son retos que se nos presentan para probarnos a nosotros mismos qué tan fuertes somos, ya que muchas veces no sabemos todo lo que podemos lograr hasta que se nos presenta una situación difícil por afrontar, como lo es la psoriasis.
Al inicio suele ser difícil aceptar que tenemos esta condición y que vamos a vivir con ella por el resto de nuestras vidas, pero eso se logra poco a poco, no tiene que ser inmediato, es todo un proceso de aceptación que debemos lograr informándonos, aclarando nuestras dudas y buscando apoyo tanto profesional como de nuestra familia y amigos. Para esto es importante contarles qué es la psoriasis, cuáles son los tratamientos, y que no es contagiosa. Para los familiares y seres queridos de los pacientes enterarse de la enfermedad tampoco suele ser fácil, ya que si alguien que queremos pasa por una situación difícil y sufre, nosotros también la pasamos mal, pero siempre estamos dispuestos a facilitar este proceso de adaptación y lucha diaria, y lo mejor que podemos hacer es informarnos y estar dispuestos a apoyar a nuestros familiares. A veces los pacientes sólo necesitan ser escuchados, saber que no están solos es un gran apoyo.
Así que nunca olvidemos que la psoriasis ha llegado a nuestras vidas como un reto, tanto para los familiares como para los pacientes. He conocido ya a varios pacientes, y a pesar de que no es fácil lo que afrontan en el día a día, es admirable cómo su actitud positiva, buen ánimo y optimismo los ayuda a enfrentar esta difícil situación, alcanzando muchos logros en su vida tanto profesional como personal, así que si ellos pueden, por qué tú no? Recuerda que no estás solo, y que puedes lograr más de lo que te imaginas.
María del Pilar Araníbar – Psicóloga APAPSO PERU